Ruptura de pareja, un duelo angustioso

La ruptura sentimental es uno de los duelos más difíciles de superar ya que estamos ante la pérdida de  la persona amada pero en realidad no desaparece,  sigue existiendo y viviendo pero ha elegido o hemos decidido que sea sin nosotros… Podemos ser conocedores de cómo rehace su vida con otra persona, encontrárnoslo por la calle, ver a sus amigos y despedirnos de su familia, y un largo etcétera de duelos angustiosos.

Cuando una ruptura es unilateral, solo deseada por una de las partes, se dan una serie de fases en el duelo de la persona “abandonada”:


FASE 1: PÉRDIDA

El enfado, la sorpresa o el temor cumplido, son las emociones que acompañan a aquello que veníamos sospechando desde hacía un tiempo y que ahora se ha hecho realidad. Es esta una fase de toma de contacto con la realidad. A veces hemos estado en una relación destructiva durante un tiempo y nos hemos servido de herramientas como la negación para no afrontar la verdad. No suele durar mucho pues al poco, el enfado y la incertidumbre darán paso a la tristeza.

FASE 2: DESESPERANZA

Es la fase más desagradable pues el estado de ánimo se deprime, mi autoestima baja y no nos ha dado tiempo aún a adaptarnos. Es ahora cuando suelen surgir los pensamientos catastrofistas del tipo “nunca encontraré a nadie como él/ella”, “no me volveré a enamorar”, “¿quién me va a querer?”… La conducta más habitual en este período es encerrarse en sí mismo, no salir de casa y dejar de realizar actividades de ocio. Todo ello conlleva a que se alargue la tristeza más de lo necesario.

FASE 3: ANSIEDAD

Cuando han pasado unos días entramos en la fase en la que creamos una curiosa fantasía: la persona que nos ha dejado era PERFECTA. Sólo nos acordamos de lo bueno de la relación y TODO nos recuerda a él/ella. Es el tiempo en el que empezamos a hablar mucho de la ruptura, con amigos o familia. En esta fase corremos el riesgo de intentar que mi ex pareja vuelva conmigo, a toda costa, a todo precio.

FASE 4: ACEPTACIÓN

Cuando vemos que nada de lo que hacemos o pensamos hace que nos sintamos mejor empezamos a asimilar la realidad. Esta persona ha dejado de formar parte de mi vida y ahora toca que yo inicie nuevas rutinas y actividades SIN él/ella. Es aquí cuando realmente establecemos el cambio y al principio nos sentiremos raros al volver a hacer cosas sin contar con la otra persona.

FASE 5: SUPERACIÓN

Es la última y mejor fase. En este momento estamos preparados para recordar la relación de pareja con objetividad. Analizamos, evaluamos y verbalizamos los errores cometidos siendo esto muy positivo para aprender de ellos. Trata de evitar culpabilizar sólo a la otra persona de la ruptura de vuestra pareja ya que puede no ser lo real o es injusto, salvo que haya habido un motivo claro como la infidelidad o el maltrato, el desgaste de una relación no lo produce sólo un miembro de la pareja.

ruptura-sentimental

De todas las pérdidas, la pérdida del amor es tal vez la más dolorosa. Cuando sufrimos una desilusión o tenemos algún problema, es el amor el que nos consuela y hace soportable nuestro dolor. En nuestra vida diaria, cuando experimentamos una pérdida, un desengaño o un rechazo, nuestras mentes nos protegen de una forma automática al recordarnos que en casa nos quieren. Pero cuando se pierde el amor, cuesta muchísimo encontrar alivio, consuelo o protección.

Cuando esto ocurre nos sentimos como en un precipicio. En el momento en que perdemos nuestro objeto de amor, de pronto nos encontramos sin nuestras defensas y experimentamos el dolor de la pérdida en toda su crudeza.
En ningún momento nos llegamos a imaginar el terrible dolor y el gran vacío que se puede llegar a sentir tras la pérdida del amor. Volver a estar solo supone sin lugar a dudas una crisis, un tiempo de incertidumbres y también de oportunidades. La oportunidad es la posibilidad de curar y fortalecer el corazón y la mente, para poder seguir adelante de manera fuerte, sana y más independiente.

Es muy frecuente que en este periodo aparezcan profundos sentimientos de desesperación, decepción, venganza, ira, impotencia, tristeza, miedo, soledad, culpa, rechazo… Todo esto nos remueve por dentro, pues sin lugar a dudas donde realmente repercute y hace estragos la ruptura con la pareja es en el ámbito personal. En este área aparecen multitud de pensamientos destructivos que influyen directamente en nuestra autoestima, quedando ésta fuertemente mermada y dejándonos con sentimientos de infravaloración e incapacidad para establecer nuevas relaciones de pareja. El amor es una de las experiencias humanas más profundas, y cortar el vínculo amoroso es una de las tareas más dolorosas de la vida.

La separación, aunque dolorosa, puede ser un periodo de reconstrucción, de aprendizaje y de autoconocimiento. Podemos desarrollar partes nuevas de nosotros mismos que antes tal vez no conocíamos o por el contrario podemos bloquearnos y tener dificultades para seguir con nuestra vida. De nosotros depende iniciar un recorrido que termine con la superación de la separación y nos prepare para entablar nuevas y mejores relaciones.

Todos podemos recobrar la fuerza, todos tenemos capacidad resiliente, no lo olvides.

Foto: Marion Bolognesi

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