Celos en los niños

Los niños expresan los celos de distintas formas, pero muchos de ellos los manifiestan a través de un cambio en su conducta. Ante la llegada del hermanito, los hijos mayores no siempre reaccionan de buena manera. Para muchos, su hermano pequeño es su rival, que ha invadido su territorio. Así que es normal que él se sienta amenazado por la llegada del nuevo habitante.

El comportamiento del niño sigue algunas expresiones que los padres pueden identificar como celos:

  • El niño puede intentar recuperar la atención de sus padres, presentando retrocesos y regresiones de algunas conductas, o volviendo a presentar conductas de etapas evolutivas ya superadas como:

-Volver a orinar en la cama por las noches

-Volver a usar el chupete

-Volver a usar pañales

-Volver a querer tomar leche en biberón

-Volver a dormir en la cama de los padres, desear ser acunado.

-Volver a chuparse los dedos.

  • El niño puede empezar a decir NO a todo para llamar la atención. A ser desobediente y a oponerse a todo.
  • Puede mostrarse desinteresado por todo lo que sus padres le sugieran. Puede presentar una actitud retraída, indiferente y ensimismada.
  • También puede mostrarse más alejado a las actividades familiares. Se opondrá a participar en los juegos, en los paseos, etc.
  • El pequeño presentar molestias como dolor de cabeza, dolor en la tripita u otro malestares, y así acaparar la atención de los padres.
  • El niño puede presentar inapetencia a la hora de comer. Algunos se niegan a comer.
  • Puede adoptar una conducta más agresiva con todos, los padres, hermanos, maestros, amigos. Puede volverse más rebelde e incontrolable. Los padres deben tener cuidado para que él no haga daño al hermano pequeño.
  • El niño puede volverse más llorón y más pegado a su madre. Se sentirá solo, débil, más dependiente y abandonado.
  • También puede negarse a jugar con los amigos, a compartir sus juguetes u otras pertenencias.
  • El niño puede volverse rencoroso hacia sus seres queridos.

Los padres deben considerar que estas reacciones son normales en los niños ya que están viviendo una nueva situación y que el tiempo pondrá todo en su lugar. Deben armarse de paciencia y de mucho cariño, no alarmarse ni regañar al hijo celoso, por lo que hacen. Hay que entender que es su forma de protestar.

Los celos solo se convierten en un problema cuando alcanzan desproporciones visibles o que realmente alteren a la convivencia familiar y perduren por mucho tiempo.

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